“La democracia no es vetocracia. La democracia es diálogo y acuerdo”, dijo ante el máximo órgano entre congresos del PSOE, que ratificó las candidaturas ante las próximas elecciones generales del 28 de abril y las autonómicas, municipales y europeas del 26 de mayo.

En estas candidaturas, Sánchez ha hecho valer su control en el partido para imponer las personas que formarán parte de las mismas en aquellos lugares donde no ha habido acuerdo con las federaciones, como sobre todo es el caso de Andalucía con Susana Díaz, que no quiso participar en la votación de ratificación de las candidaturas y previamente advirtió como un "tomo nota".

Esas listas están lideradas en algunos casos por ministros que forman parte del Gabinete de Pedro Sánchez, del que el presidente presumió porque “son los mejores”. “Abrimos este partido al talento, como sólo el PSOE es capaz de hacer, para formar un equipo extraordinario de mujeres y hombres. ¿Quién si no el PSOE iba a ser capaz de montar un gobierno como el que tenemos en apenas unos días?”, se preguntó en su recuerdo de la victoria de la moción de censura.

Sánchez denunció que el “cordón sanitario” que imponen al PSOE “se lo están poniendo no solo a su dirigencia”, pese a lo “grave” que eso es, sino también “a los miles de afiliados y afiliadas del PSOE” y “a esos millones de ciudadanos que alguna vez votaron al Partido Socialista durante estos últimos cuarenta años”.

Ante las elecciones generales del 28 de abril, auguró que, “o mucho me equivoco, o no va a haber cordón sanitario que frene la voluntad mayoritaria de este país, que quiere avanzar y no quiere retroceder 40 años”.

Así las cosas, Sánchez dejó claro que gobernará hasta el “último minuto” y se preguntó qué les “molesta” de ellos “a la derecha y a sus tres siglas”, si las medidas sociales o que esas medidas sociales las haya apruebe un gobierno socialista porque “lo primero es insolidaridad. Lo segundo, sectarismo”, concluyó.