Según ha comunicado la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el margen de intereses mejoró un 0,5%, hasta los 561,3 millones, y los ingresos por comisiones y seguros se incrementaron un 3,6%, hasta los 495,7 millones.

En suma, los ingresos recurrentes del negocio bancario alcanzaron los 1.057 millones, un 1,9% más, y los gastos de explotación disminuyeron un 4,6%.

Por su parte, los recursos de clientes gestionados se elevaron hasta los 61.044 millones de euros, un 2,8% más, y los depósitos de la clientela crecieron un 4,9%.

Las contrataciones de préstamos hipotecarios crecieron un 22,6%, los préstamos al consumo se incrementaron un 19,8%, y la financiación a pymes lo hizo un 12,3%.

En cuanto a las necesidades de saneamientos de la cartera crediticia y otros activos, Kutxabank señaló que “se mantienen los niveles de prudencia en la cobertura del riesgo crediticio e inmobiliario a pesar de la mejora de la calidad de estos riesgos y los esfuerzos realizados en años anteriores”. De este modo, el incremento de los resultados del negocio bancario, así como el apoyo de otros ingresos derivados de la cartera de participadas, permitieron que las cantidades dotadas en 2018 fueran “significativas”, de 185,1 millones de euros, pero la mitad que las dotaciones de 2017.

Por su parte, la tasa de morosidad se sitúa en el 3,86% al cierre de 2018, tras haber reducido en casi 500 millones los activos dudosos.

Kutxabank también aportó su contribución fiscal a las arcas públicas a través del pago de impuestos, tasas, contribuciones a la Seguridad Social y a fondos de garantía de depósitos y resolución y la cifró en un total de 382 millones en 2018.

Por último, el Consejo de Administración ha propuesto a la Junta General de Accionistas mantener el reparto del dividendo en el 50% con cargo al resultado anual, un total de 166 millones de euros.