Según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), sin tener en cuenta esas operaciones corporativas las ganancias fueron de 219 millones, un 5,9% menos en comparación con 2017.

Acciona llevó a cabo desinversiones en el periodo que ascendieron a 1.420 millones de euros (principalmente por la venta del negocio termosolar en España, Trasmediterránea y la participación en Testa Residencial).

El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 1.245 millones, tras caer un 2,4%. Por su parte, las ventas alcanzaron los 7.510 millones, con un crecimiento del 3,5% respecto a 2017.

Por áreas de negocio, en energía se registró una facturación de 2.206 millones, un 27% más gracias a la nueva capacidad y pese a la salida del perímetro del negocio termosolar.

En infraestructuras, la cifra de negocios alcanzó los 5.059 millones, lo que supone un leve incremento respecto a la obtenida en el año 2017 (+2,4%). Dentro de esta división, la construcción se mantuvo estable, con una facturación de 3.137 millones (+0,2%); industrial duplicó su registro, hasta los 411 millones; las concesiones bajaron un 23,1%, hasta los 108 millones; la parte de agua también descendió, un 6,2%, hasta los 639 millones, y servicios aumentó un 6,3%, hasta los 800 millones.

Por último, la deuda neta se situó en 4.333 millones, frente a 5.224 millones a cierre de 2017.