Cataluña

PP y Cs se unen en el Congreso contra la negociación de Sánchez "al margen de la legalidad"

MADRID
SERVIMEDIA

PP y Ciudadanos unieron este martes sus votos en el Congreso de los Diputados contra lo que consideran una negociación del Gobierno con los independentistas catalanes "al margen de la legalidad", si bien sus escaños no fueron suficientes para sacar adelante la moción.

Se trataba de una moción de Ciudadanos que reclamaba instar al Gobierno a “no volver a negociar con los partidos independentistas al margen de la legalidad y de las instituciones representativas españolas y catalanas” y a “no debatir, bajo ninguna circunstancia”, ninguno de los 21 puntos del documento “entregado secretamente” por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En su intervención para defender la moción, el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, acusó a los nacionalistas de reprochar a Ciudadanos el desprecio por el catalán, y concluyó que “hay juego sucio, juego asqueroso, y luego está el nacionalismo catalán”. Cargó también contra el presidente del Gobierno porque llegó a La Moncloa “engañando” a los españoles sobre unas próximas elecciones y se va ocho meses después “intentando engañar de nuevo”, fingiendo que rompe con los independentistas “mientras sigue con reuniones bilaterales bajo cuerda”.

Tachó el nacionalismo de “veneno” y retó a sus líderes a mirarse al espejo si quieren ver “fascistas”. Explicó a continuación que se traslada a vivir a Toledo, provincia por la que aspira a seguir siendo diputado, “porque no puedo más de ustedes”. “Han acabado con la paciencia de la Cataluña constitucionalista”, les dijo, “no quiero verles ni en pintura”, añadió, convencido después de 57 viviendo en Barcelona de que “su insistencia en separar” a los catalanes es “una tragedia”, porque hay muchos que tienen que callar para mantener su vida allí.

En nombre del PSOE, José Zaragoza recordó a Girauta que Toledo “no es el exilio, es España, igual que Barcelona”, y el hecho de que hable de “exilio” es la prueba de que no tiene “las cosas claras”, entre otras cosas porque Ciudadanos “necesita una bandera tan grande como la de Colón para tapar”, entre otras cosas, la sociedad patrimonial que gestionaba Begoña Villacís.

Dijo a Ciudadanos que han envejecido “muy rápido y muy mal”, porque se han convertido en “la derecha de siempre, e incluso peor”, reaccionando “con pánico” a la posibilidad de una solución para la situación en Cataluña porque sin ese conflicto quedaría al descubierto su falta de propuestas para los españoles.

"RESUCITAR A PUIGDEMONT"

“Viven de la confrontación y la alientan”, espetó a los diputados de Ciudadanos, y prueba de ello es que, cuando nadie se acordaba de Carles Puigdemont, Inés Arrimadas ha viajado a Waterloo para “resucitarlo”. Ella se va de Cataluña, dijo, “para pactar con Vox en España”, porque quieren ocupar todo el espacio de la derecha y para eso “hay que copiar a la derecha”.

Joan Mena, de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, consideró “fuera de lugar” la intervención de Girauta, “la declaración de intenciones” de su programa electoral, que “vale muy poco” porque no hacen lo que dicen y todo depende de “cómo se levante el señor Rivera esa mañana”.

Aseguró que Ciudadanos vive “una de las peores crisis de credibilidad que yo he visto en democracia” y pretende negar el diálogo con las instituciones catalanas, “que no son del señor Torra ni de ustedes, sino de todos los catalanes”. Si la política no sirve para solucionar problemas dialogando es que no sirve para nada, alertó Mena, “y ustedes empiezan a no servir para nada en las cámaras en las que se presentan”.

Gabriel Rufián, en nombre de ERC, tuteó a Girauta para decirle que le respeta intelectualmente, “incluso te aprecio”, y preguntarle sinceramente “qué necesidad hay de ésto”, absolutamente convencido después de tres años en el Congreso, “aquí, con vosotros, con ustedes”, de que Ciudadanos “no solamente es esto” y en los próximos tiempos tendrá que decidir “qué queréis ser” y si solo quiere competir con Vox.

Rufián dijo a Ciudadanos que les ha visto hacer “cosas positivas” en el Congreso, “y lo digo yo”, como votar con los nacionalistas y Podemos, incluso con Bildu, unas conclusiones “decentes” en la comisión de investigación de la financiación del PP, o hacer “un gran trabajo” en la comisión que investigó el accidente del Alvia. “Nos podemos entender, nos debemos entender, y discursos como este, y lo digo yo, no ayudan”.

"O DIALOGAMOS O PALMAREMOS"

En su opinión, es “un insulto a la inteligencia” decir que el castellano está “perseguido y amenazado” en Cataluña, cuando los independentistas lo hablan perfectamente, cuando ha habido un presidente de la Generalitat cordobés y hay una líder de la oposición nacida en Jerez de la Frontera, ambas “a mucha honra”. “Nos pongamos como nos pongamos”, dijo a Ciudadanos, “o dialogamos o palmaremos. Tenemos que dejar de negarnos los unos a los otros”.

En nombre del PNV, Aitor Esteban anunció el voto en contra de la moción sin más valoraciones por entender que el tema está “más que debatido” y no tiene por costumbre “contestar a los mítines”.

Jordi Xuclà, del PDECat, criticó las “neuras” de Girauta, al que llamó “acomplejado cósmico” y al que preguntó abiertamente si “me quiere aniquilar” como dirigente independentista o “cancelar” los votos a los que representa. Le acusó en ese sentido de tener “una pulsión poco reprimida y preocupante de querer borrar representantes democráticos”. La forma de solucionar democráticamente los problemas, le dijo, es “con diálogo permanente”, pero “que tomen nota los votantes de Toledo” de las pretensiones de Girauta, así como los ciudadanos “que se llegaron a tragar que era un partido de centro moderado”.

Jordi Roca, del PP, retó a los socialistas a preguntar en Europa si es radical o no “alguien que pacta con quien trata de infectados a otros seres humanos” y que “llama bestias infrahumanas” a otros españoles. No se trata de ser de extrema derecha o de extrema izquierda, alertó, sino de incurrir en “extrema inmoralidad”.

Aseguró que Sánchez “se puso la máscara de patriota” para aplicar el artículo 155 de la Constitución pero porque “tenía un pacto secreto para exhumar el tripartito en Cataluña y después en España” y saciar así su “obsesión insaciable del poder a cualquier precio”. Ese acuerdo “nostálgico del Frente Popular”, añadió, “fracasó porque no sabía que entre los supremacistas también aplican el supremacismo”.

Reiteró que no es admisible apelar a una supuesta democracia fuera de la ley, y preguntó a los independentistas si acaso estarían dispuestos a aplicar la sharia porque así lo reclamaran dos millones de personas en la calle. “Solo les falta eliminar todo lo que significa España de Cataluña, nos quieren expulsar, destruir como cultura, como identidad, como nación de libres e iguales”, denunció.

Roca esgrimió una serie de “condiciones previas” para aplicar la política en Cataluña, entre ellas que Torra y Puigdemont no formen parte de la posible solución, poder “movernos en libertad y sin violencia” por Cataluña, recuperar la neutralidad de los espacios públicos, “finiquitar la pedagogía del odio y la hispanofobia” o “poner punto final al sectarismo, a la discriminación, a la exclusión y a la violencia”.

Además, Sánchez se ha inhabilitado al “aceptar a escondidas” las propuestas de Torra. La forma en la que Sánchez puede contribuir a una solución, dijo Roca, solo tiene dos elementos, “la estulticia y la corrupción, cada cual nos dirá cual es su proporción”.

Roca pidió dos cosas a los españoles: que las Cortes Generales no queden “secuestradas por el nacionalismo”, porque España debe “gobernarse a favor de ella misma”, y “que no se combata el resentimiento de los nacionalistas contra España con resentimiento contra Cataluña y los catalanes”, porque “enfrentar un nacionalismo con otro es el peor error que podemos cometer”. “Visca Cataluña lliure de nacionalisme”, concluyó.

(SERVIMEDIA)
26 Feb 2019
CLC/gja