La firma valora que se haya desembarazado de una exposición bruta de 6.000 millones de euros, lo que supone reducir la cartera un 35% interanual y anticiparse en un año al objetivo de reducción de inmuebles e impagos, aunque cree que en 2020 el peso de los activos improductivos -inmuebles y créditos morosos- será aún del 5% frente al 4,2% del sector.

S&P justifica el mantenimiento del rating en la aún "moderada" rentabilidad operativa central en medio del contexto de tipos de interés cero por el alto peso de las hipotecas a tipo variable en cartera, ya que expresa dudas sobre la capacidad de alcanzar el 10,8% de rentabilidad fijado por el banco como objetivo para 2020 bajo dicho escenario de tipos.

Por otro lado confía en que el capital ajustado al riesgo de Bankia suba al 8-8,5% hacia finales del año 2020, una tasa que considera "adecuada" para los riesgos que corre. Según sus cálculos, la relajación de los riesgos en España podría, incluso, agregar 100 puntos adicionales a dicho capital, que ya se sitúa "muy por encima" de los requisitos regulatorios.

En su informe, S&P valora que los menores ingresos se ven compensados con la "exitosa" integración de BMN, que está permitiendo lograr las sinergias previstas antes de tiempo, junto a "su sólida gestión" y diversificación geográfica.