Al valorar la crisis del taxi en Cataluña, el presidente de EC, Carlos Rivadulla, acusó a la Generalitat y al Consistorio barcelonés “de dedicarse a soflamas políticas populistas y demagógicas y no a resolver los problemas de los ciudadanos ni a arbitrar soluciones reales para el beneficio de la sociedad”.

Rivadulla señaló, en referencia al conflicto entre taxis y VTC, que “la competencia es el motor de la innovación, así como la mejor garantía de que los ciudadanos pueda acceder a mejores productos y servicios”.

“MÁQUINAS DE FABRICAR DESCONFIANZA”

“Barcelona no puede ser una de las pocas grandes ciudades europeas que no disponga de las aplicaciones móviles de VTC”, indicó el presidente de EC en referencia a la advertencia de Uber y Cabify de que abandonarán la ciudad Condal si la Generalitat accede a determinadas demandas de los taxistas. Entre ellas estaría que para disponer de un coche con conductor hubiera que pedirlo al menos una hora antes del viaje.

Según Rivadulla, “no podemos enviar un mensaje a los emprendedores, a las ‘startups’ y a los inversores de que en Barcelona o en Cataluña la irresponsabilidad política provoca constantes cambios regulatorios que generan inestabilidad jurídica”.

A su juicio, con la crisis del taxi la comunidad catalana se juega “la creación e implantación de nuevas empresas y la consiguiente generación de riqueza y de puestos de trabajo. “Cataluña y la alcaldesa Colau son máquinas de fabricar desconfianza a emprendedores y empresarios”, concluyó el presidente de EC.