Esta organización de disidentes cubanos con sede en Madrid, que promueve el no al referéndum, anunció este lunes que ha enviado sendas cartas al presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani; la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU y expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el secretario general de la OEA, Luis Almagro.

"Solicitamos que el Parlamento Europeo envíe una delegación de observación multipartidista a Cuba para estas fechas, para que supervisen el proceso y el régimen no tenga vía libre para modificar la voluntad popular", dice la carta enviada a Tajani, que también se ha hecho llegar a eurodiputados españoles del PP y ALDE como Antonio López Istúriz, Beatriz Becerra, María Teresa Giménez Barbat y Javier Nart. También pide que el comportamiento del régimen cubano en este proceso "sea un elemento de peso a la hora de analizar si mantener o suspender el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación con la Isla".

La misiva a Bachelet le pide que “inste a las autoridades cubanas a que los mismos sean respetados en todo momento, a todos. Especialmente ahora, que el pueblo cubano está llamado a refrendar, o no, una propuesta que podría comprometer su futuro”.

“Lamentablemente, el Gobierno solamente concibe la opción por el sí, la cual impulsa desde las instituciones estatales. Bochornosamente, altas personalidades del régimen ya recriminan, algunos con tono denigrante y agresivo, que quienes piden el voto por el no son contrarrevolucionarios al servicio de otra potencia, lo cual pone al votante por el NO en una situación de exclusión y riesgo”.

Finalmente, y aunque Cuba no forma parte de la OEA, el OCDH quiere que los Estados de la región envíen delegaciones de observadores imparciales a la isla. "El proceso de redacción y consulta de la nueva Constitución de la República de Cuba ha sido un proceso excluyente, concebido desde y por el Partido Comunista de Cuba, que ha redactado e impuesto su versión de la Ley que regirá el destino de la nación cubana", denuncia esta organización, que prevé para el 24 de febrero "un día de movilización, complicado y tenso", en el que "la represión aumentará con el fin de ahogar las expectativas del pueblo cubano".