"Tanto si las bombas son atribuibles al grupo terrorista vasco ETA, que es lo que afirmó enseguida el Gobierno, como si tienen otro origen, las comparaciones con los ataques del 11 de septiembre de 2001 son inevitables y apropiadas", señala el editorial.

"En un momento como éste, las disputas a ambos ladosdel Atlántico sobre la naturaleza de la amenaza terrorista y cómo luchar contra ella parecen trágicamente fuera de lugar. El terrorismo nos amenaza a todos, en todas partes, cada mañana. No respeta fronteras nacionales, sistemas políticos, ideologías o religiones. La lucha contra ese fenómeno debe ser multinacional. Ahora todos somos madrileños".