Ciencia

El genoma de la tortuga gigante ‘George Solitario’ revela por qué vivió unos 100 años

MADRID
SERVIMEDIA

El análisis del genoma de ‘George Solitario’, una tortuga gigante de las islas Galápagos que murió en 2012 con cerca de 100 años y que fue el último ejemplar de la especie ‘Chelonoidis abingdonii’, revela que su longevidad se debió a variantes genéticas relacionadas con la reparación del ADN, la respuesta inmunitaria y la ausencia de cáncer.

Así lo asegura un equipo internacional de 35 investigadores liderado por científicos de la Universidad de Oviedo (España), la Universidad de Yale (Estados Unidos) y el Parque Nacional de las Islas Galápagos (Ecuador), en un estudio publicado en la revista ‘Nature Ecology & Evolution’.

Los investigadores secuenciaron también el genoma de un ejemplar de ‘Aldabrachelys gigantea’, la única especie de tortuga gigante que aún se conserva en el océano Índico. El estudio desvela las claves genéticas que podrían contribuir a la longevidad de estos animales, que pueden vivir más de 100 años en cautividad.

En la investigación, liderada por el catedrático Carlos López-Otín (Universidad de Oviedo) y por la profesora Adalgisa Caccone (Universidad de Yale), se utilizaron herramientas bioinformáticas y genómica comparativa para estudiar las extraordinarias características de estas tortugas gigantes.

“Hemos participado previamente en la descripción de nueve características distintivas del envejecimiento y, tras estudiar 500 genes basados en esta clasificación, hemos encontrado variantes génicas que potencialmente podrían afectar a seis de estas características en las tortugas gigantes, lo cual abre nuevas líneas de investigación en el campo del envejecimiento”, apunta López-Otín.

Caccone añade que “’Solitario George’ todavía nos está enseñando lecciones". Esta investigadora comenzó en 2010 a estudiar la evolución de la población de tortugas en las Galápagos. Lopez-Otín analizó los datos de éstas y otras especies de tortugas para buscar variantes genéticas asociadas con la longevidad.

Las autoras concluyen que estos datos ayudarán a mejorar nuestra comprensión de la biología de las tortugas gigantes y llevarán el legado del ‘Solitario George’ más allá de las Galápagos, contribuyendo así a profundizar en los mecanismos de regulación del envejecimiento.

(SERVIMEDIA)
03 Dic 2018
MGR/gja