Así lo refleja el último informe publicado por la firma Atomico en colaboración con Slush y Orrick, que señala que el total invertido en tecnología rondó este año los 23.000 millones de dólares, muy superior a los escasos 5.000 millones de 2013.

Diecisiete empresas europeas alcanzaron este año valoraciones de 1.000 millones de dólares y tres de las 10 más grandes cotizadas en bolsa respaldadas por capital riesgo eran europeas, incluyendo a la superventas Spotify.

En este año, las tecnológicas españolas rompieron la barrera de los 1.000 millones de dólares y recibieron 724 millones de dólares solo en el tercer trimestre de 2018. España confirmó también su posicionamiento como imán para el talento tecnológico; la comunidad de desarrolladores españoles creció más rápido que cualquier otra de Europa Occidental, lo que prueba la capacidad del país para movilizar este talento, según destaca el informe.

El éxito de empresas locales como Cabify y LetGo, junto con otras estrellas emergentes como Globo, Typeform y Jobandtalent, contribuye a completar la imagen de un país que goza de una “buena salud tecnológica”, explican los autores.

DÉFICITS

Las tecnológicas españolas invirtieron 724,4 millones de dólares solo en el tercer trimestre de 2018, comparados con los 938 millones en todo el año 2017. Se estima que las tecnológicas españolas alcancen este año un crecimiento histórico de 1.800 millones de dólares.

En Alemania se invirtieron algo más de 4.000 millones de dólares (4.030 exactamente) en tecnológicas, 35% más que en 2017, y en el Reino Unido la inversión fue de 7.400 millones de dólares en 2018.

El crecimiento de la comunidad española de desarrolladores sugiere que se mantendrá el impulso de España. España (15%) y Portugal (16,2%) registraron en 2018 el mayor crecimiento de desarrolladores profesionales de entre todos los países de Europa Occidental.

España es el tercer destino más habitual al que se desplaza el talento tecnológico europeo. Si bien el 42% de los trabajos de ingeniero de software en España son difíciles de cubrir (solo detrás de Holanda), España ha experimentado el mayor crecimiento de búsquedas foráneas para puestos de ingeniero de software.

Tanto Barcelona como Madrid (en los puestos quinto y sexto, respectivamente) están entre las 10 comunidades tecnológicas más importantes de Europa: ambas ciudades tienen una elevada proporción de capital por desarrollador, lo que sugiere que están movilizando el talento eficazmente. Barcelona posee el quinto porcentaje más alto de Europa, con 36.138 dólares por desarrollador, y Madrid el octavo, con 19.106 dólares.

Mientras el dato general de empleo en el sector en Europa creció el 1,1%, las plantillas de las tecnológicas españolas crecieron un 4,6% el año pasado. Este dato es mejor que la media de crecimiento de las tecnológicas europeas, un 4%.

El informe refleja varios déficits del sector, entre ellos que Europa tiene un problema de diversidad e inclusión. Un 93% de los fondos obtenidos en 2018 por las empresas europeas respaldadas por capital riesgo se destinaron a aquellas cuyos equipos fundadores están constituidos solo por hombres.

Además, los fondos de pensiones no están rentabilizando suficientemente el auge de las tecnológicas europeas: en los últimos cinco años, los fondos de pensiones han invertido solamente 1.700 millones de dólares en capital riesgo europeo; han invertido 45 veces más en fondos para la adquisición total de empresas que en capital riesgo, lo que supone más de 75.000 millones de dólares en ese período.

Del total invertido en el sur de Europa en capital riesgo durante los cinco últimos años, el 9,9% procedía de fondos de pensiones, mientras que el 19% lo aportaron particulares y ‘family offices’.