Herrero de Miñón hizo esta afirmación en una acto de la Policía Nacional, en el que se distinguió a los 'padres' de la Constitución con motivo del 40 aniversario de la norma fundamental aprobada en 1978.

Este acto tuvo lugar en el complejo policial de Canillas, en Madrid, y estuvo presidido por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al que acompañaron la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, y el director de la Policía Nacional, Francisco Pardo.

Herrero de Miñón intervino en nombre de los 'padres' de la Constitución y destacó la importancia que tiene la seguridad para garantizar la democracia. Afirmó que “sin seguridad frente al poderoso” y frente a la “anarquía callejera”, lo que sucede es que “el temor inhibe la libertad”.

Al mismo tiempo, se refirió a que el “diseño constitucional”, interpretado por la jurisprudencia, implica que la administración de la seguridad debe hacerse “al servicio de los ciudadanos y no del poder público de turno”. “De ello se desprende”, apuntó, “que los titulares de dicho poder no pueden manipular los servicios policiales, ni los de información ni los de intervención, al servicio de un interés que no sea el general”.

Asimismo, dijo que esta necesidad de velar por el buen uso del monopolio de la seguridad por parte de las autoridades explica el control judicial de la actividad policial, con el fin de “evitar los abusos y desviaciones”.