Así se pronunció la titular de Defensa durante su visita a las instalaciones del Centro Militar de Farmacia de la Defensa situado en la Base Logística de San Pedro, localizada en Colmenar Viejo (Madrid).

La ministra destacó el trabajo que realizan los farmacéuticos militares y llamó la atención ante el hecho de que “la sociedad siempre está pendiente de una serie de amenazas muy sofisticadas, que desconoce y para las que está mucho menos preparadas”.

Entre ellas, citó la nuclear, la bacteriológica y la ciberespacial, lo que le permitió elogiar la “gran cualificación científica” de los profesionales que componen el Centro Militar de Farmacia, quienes trabajan continuamente para desarrollar una serie de materiales farmacológicos y científicos con los que frenar el impacto de dichas amenazas.

También destacó la importancia de que la farmacia militar, a diferencia de la convencional, no trabaja a partir de parámetros comerciales, ya que centra su labor en el combate de “amenazas que no son convencionales”.

Por su parte, el general Juan José Sánchez Ramos recordó que durante la crisis del ébola de 2014 el centro comenzó un estudio para desarrollar un antiviral contra este virus y contra la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo cuyo desarrollo se está culminando.

Explicó que se está desarrollando un esfuerzo para poner en marcha cuatro o cinco antibióticos de amplio espectro en caso de incidente antiterrorista y comentó que en estas instalaciones se encuentra la reserva estratégica nacional.

El Centro Militar de Farmacia Militar de la Defensa forma parte de la Red Sanitaria Militar desde 2015. Este centro es el órgano encargado de la producción, abastecimiento y mantenimiento de los recursos sanitarios de las Fuerzas Armadas e incluye el almacenamiento y custodia de las reservas de guerra de medicamentos para éstas.

Además, es el único laboratorio productor de medicamentos adscrito a la Administración General del Estado, lo que lo convierte en un centro de referencia estratégica para la fabricación de aquellos medicamentos que puedan resultar necesarios por causas excepcionales relacionadas con la salud pública, elaboración de antídotos NBQR y abastecimiento de posibles demandas ocasionadas por conflictos o catástrofes.

En el centro se encuentra el Museo de Farmacia Militar, que destaca por su labor de patrimonio y difusión de la cultura de Defensa. Se creó con la apertura, en 1928, del antiguo Laboratorio Central de Medicamentos, en la madrileña calle de Embajadores, donde permaneció 87 años, hasta que en el año 2015 se trasladó a su actual ubicación.