Según informaron Policía Nacional y Guardia Civil, la droga había llegado a Málaga oculta en un cargamento de bananas a través de una empresa de importación de fruta que utilizaba la organización para ocultar sus actividades ilícitas. En total, se han realizado 19 registros en la provincia de Málaga y Badajoz y 16 personas han sido detenidas, 15 en Málaga y una en Badajoz, lo que ha permitido desarticular la organización liderada por conocidos criminales holandeses asentados en la Costa del Sol, principalmente en Benalmádena.

Los detenidos habían sido investigados en su país de origen en numerosas ocasiones, siendo considerados algunos de ellos como objetivos prioritarios por las autoridades policiales de Países Bajos. La actividad investigadora desveló que los miembros de la organización no ejercían actividad laboral o mercantil legal aparentemente regular y casi todos mantenían contactos con otros grupos de narcotraficantes. Asimismo, se averiguó que disponían en Badajoz y Málaga de la infraestructura necesaria para el transporte y almacenamiento de mercancías, infraestructura que era utilizada para el transporte de grandes cantidades de sustancias estupefaciente.

La reciente adquisición de las empresas dedicadas al transporte, junto a los reiterados viajes a Badajoz, hicieron sospechar a los investigadores que la organización estaría consolidando una potente infraestructura destinada a recibir en España importantes partidas de cocaína, pudiendo tener en la provincia de Badajoz el lugar para la recepción de la droga y su posterior transporte. Esto, unido a otros indicios, llevó a los agentes hasta el momento en el que los investigados se preparaban para introducir en España más de seis toneladas de cocaína.

MÁS DE 6.300 KILOS DE COCAÍNA Y 300.000 EUROS

Los contenedores que transportaban la cocaína entre la carga legal declarada llegaban hasta el puerto de Setúbal (Portugal), desde donde se trasladaban posteriormente hasta España. Según los agentes, la organización ha llegado a importar unos 70 contenedores conteniendo fruta, tratando de alcanzar un historial que indicara a los aduaneros una sólida posición y volumen de negocio, circunstancia que ha supuesto una extraordinaria complejidad a la hora de discernir y discriminar en qué cargamento pudiera venir oculta la sustancia estupefaciente.

El operativo ha culminado con 16 detenciones y la incautación de más de 6.300 kilos de cocaína, alrededor de 300.000 euros en efectivo, cuatro armas de fuego y munición, y vehículos de alta gama. También se ha intervenido abundante documentación pendiente de análisis.

En la investigación, que ha durado algo menos de un año, han colaborado miembros de la Unidad Nacional de Combate contra el Tráfico de Estupefacientes de la Policía Judiciaria de la República de Portugal (UNCTE) y de la agencia de seguridad norteamericana Homeland Security Investigations. Judicialmente, estas actuaciones están coordinadas por el Juzgado Central de Instrucción número 5 y la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional.