El proyecto de Marca España fue creado en 2012 por el Gobierno de Mariano Rajoy con el objetivo de “mejorar la imagen en el extranjero y entre los propios españoles” en un momento en el que país estaba inmerso en lo más profundo de la crisis económica y atisbaba los albores del inicio del desafío independentista.

El Alto Comisionado para la Marca España tiene rango de secretario de Estado pero su labor no está retribuida. El proyecto depende de Presidencia del Gobierno y está encuadrado en el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyo entonces titular, José Manuel García-Margallo, eligió como Alto Comisionado al empresario Carlos Espinosa de los Monteros.

Espinosa de los Monteros ha afirmado reiteradamente su intención de "dar el relevo", lo que ha provocado que Exteriores haya decidido nombrar a Irene Lozano como su sustituta, según adelantaron ‘El País’ y ‘El Mundo’ y confirmó Servimedia de fuentes diplomáticas.

REFORMA

El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, siempre se ha mostrado partidario de “potenciar" y "reformar" el proyecto de Marca España dotándole de nuevas capacidades, de personal y de unas "perspectivas distintas" a aquellas con las que fue creada.

También ha añadido que Marca España estaba "colgada del limbo" por no contar con "estructura, personal, presupuesto" ni sueldo para su máxima autoridad.

Por ello, Exteriores ha decidido aprovechar el relevo al frente de Marca España para reorientarla y cambiarla empezando por el nombre, que mutará al de ‘La España Global’.

El proyecto de la Marca España ha sido muy cuestionado desde su creación. Prueba de ello es que ERC, PDECat y Podemos han pedido en el Congreso de los Diputados su cierre y el Tribunal de Cuentas ha puesto en duda su utilidad por no disponer de presupuesto, desarrollo normativo ni de un seguimiento y control de sus actividades.

Ahora la responsabilidad de dirigirla recaerá sobre Irene Lozano, que después de haber sido diputada de UPyD en 2015 y ser ‘número cuatro’ por Madrid en la lista del PSOE para las elecciones generales de ese año, decide volver a la primera línea política.

La decisión de Pedro Sánchez de incluirla en la lista del PSOE fue muy contestada por algunos dirigentes socialistas, especialmente por aquellos próximos a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, por sus críticas aceradas por el caso de los ERE.

Lozano se encontraba fuera de la política desde que en 2016 decidió no repetir en la lista electoral del PSOE.