En una entrevista con Servimedia, Mascarell sostuvo que en su intervención del 3 de octubre del pasado año “el Rey se equivocó y le equivocaron”, ya que “hizo un discurso excluyente”, porque “dejó fuera de su discurso a 2,5 millones de personas”, en referencia a los independentistas catalanes.

En su discurso tras el 1-O, don Felipe se refirió a que los poderes del Estado debían “asegurar el orden constitucional", después de que “determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno”.

El Monarca añadió que el Ejecutivo catalán, que entonces presidía Carles Puigdemont, y los partidos independentistas estaban vulnerando “de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado”.

NO REPRESENTADOS

A este respecto, Mascarell indicó que, con aquel discurso, don Felipe “multiplicó el afán de república que hay en Cataluña”, ya que hasta entonces en esta autonomía se hablaba de independencia, pero no de fundar una república.

A juicio del delegado de la Generalitat en Madrid, la parte de la población catalana que es secesionista empezó a hablar de república “porque ha dejado de sentirse representada y cómoda con la Monarquía española”.

Por este motivo, Mascarell concluyó que el discurso del jefe del Estado del 3 de octubre del pasado año “no ha sido bueno para la Monarquía”, aunque “quizás es bueno para la libertad de los catalanes”, en referencia a que, a su juicio, ha podido favorecer los intereses de los independentistas.