En declaraciones a Servimedia con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas que se conmemora este jueves, Lobatón explicó que "las desapariciones son de distinta naturaleza".

En el día que se conmemoran las desapariciones forzosas destacó que éstas "responden a una acción delictiva, ilícita, realizada por Estados no democráticos, con regímenes autoritarios. Es a lo que se refiere Naciones Unidas cuando habla de 44.000 desapariciones forzosas que existen en el mundo desde 1980".

Según el último informe del Ministerio del Interior, hecho público a través del Centro Nacional de Desaparecidos, el número de denuncias en España es de 21.000. De esas denuncias, el informe constata que en 2018 hay 6.053 desapariciones no resueltas; es decir, búsquedas activas pendientes de resolución.

PERFIL DEL DESAPARECIDO

Preguntado por el perfil del desaparecido, Lobatón expresó que "hay muchos perfiles" del desaparecido, ya que "las casuísticas son muy diversas". Aún así, Lobatón establece tres grupos fundamentales: las desapariciones producidas en el ámbito de la infancia y adolescencia, "a causa de problemas de convivencia, rupturas, familiares, divorcios, secuestros parentales...".

Otra parte de la casuística de las desapariciones, expuso el experto, tiene que ver con personas "con problemas de salud mental, no siempre diagnosticados y no siempre reconocidos".

Finalmente, hay otro grupo de población, "el de las personas mayores con algún tipo de enfermedad". En este caso, Lobatón aseguró que el índice de desaparecidos "es muy grande", ya que los datos de su fundación arrojan una media de una muerte semanal, lo que supone medio centenar de muertes al año.

Se trata, en opinión del experto, de una cifra "absolutamente alarmante", porque estas desapariciones "sí se pueden detectar" y por tanto "prevenir".

EL CASO YÉREMI VARGAS

Según manifestó Lobatón al ser interrogado al respecto, "el impacto del caso de Yéremi Vargas fue muy grande, porque ocurrió en un entorno, digamos, social y muy familiar, en un barrio de familias trabajadoras de clase media donde la vida transcurre en sociedad. Fue una desaparición de gran impacto que creó alarma social".

Este caso, según el testimonio del experto, "ha sido objeto de una investigación en profundidad", pero se ha enfrentado con un problema al que, según Lobatón, se enfrentan bastantes desapariciones: el sobreseimiento del caso por parte del juzgado que se estaba ocupando del caso.

"No existe posibilidad de continuar esta investigación", aseguró Lobatón, que reivindicó que "casos así están demandando la existencia de un Estatuto de la Persona Desaparecida", para que las familias tengan "las herramientas jurídicas necesarias" para que no se archiven los casos de desapariciones.

Respecto al impacto de las desapariciones en el seno familiar, Lobatón sostuvo que la familia "se recupera" si hay "una resolución rápida". No ocurre así "cuando la desaparición sigue siendo una incógnita", ya que "se produce un impacto emocional brutal, que causa un vacío y estado de 'shock'. Y si, además, la desaparición de la persona deja también un impacto económico entonces, naturalmente, es imposible recuperarse", concluyó.