Según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la caída del beneficio se explica por el deterioro del valor de las marcas en Estados Unidos e Italia, y del fondo de comercio por valor de 37,4 millones.

En cuanto a Estados Unidos, explica que la categoría de aceite de oliva se está deteriorando como consecuencia de políticas comerciales agresivas que priman el volumen a precios bajos sobre el valor, provocando la banalización de dicho mercado y la consecuente devaluación de los activos asociados al mismo.

Por su parte, indica que en Italia el ajuste tiene su origen en la incertidumbre sobre las perspectivas económicas del país debido a la inestabilidad política, lo cual está afectando al consumo.

Además, la depreciación del dólar USA con respecto al euro ha impactado en 6,7 millones de euros en los resultados corrientes del semestre. Por otro lado, la facturación fue de 311,7 millones, experimentando una caída del 9,4% en el semestre debido fundamentalmente a la caída del precio unitario de venta, que ha descendido un 5% ajustándose paulatinamente a la evolución del precio de la materia prima.

El beneficio bruto de explotación (Ebitda) fue de 13,2 millones de euros, un 35,4% menos debido a la depreciación del dólar y a los menores márgenes en el mercado norteamericano.

La deuda financiera neta al cierre del semestre era de 587,8 millones, un 4,6% más alta con respecto al primer semestre de 2017 por el incremento del fondo de maniobra, debido principalmente a la compra de aceites de calidad en su momento de mayor disponibilidad, es decir, al inicio de la cosecha para su comercialización progresiva a lo largo del ejercicio.