Incendios
La sequía y el calor prenden incendios desde el Ártico hasta el Mediterráneo, según la ONU
- Campos y bosques son “combustible” para el fuego por un verano caluroso y seco
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Este verano inusualmente caluroso y seco en algunas partes del hemisferio norte ha convertido campos y bosques en “combustible para incendios que están azotando desde el Ártico hasta el Mediterráneo”, y esos fuegos son devastadores en grandes regiones, con impactos de gran alcance para el medio ambiente, los ecosistemas, la salud humana y el clima, según destacó este viernes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Esta agencia de la ONU, especializada en el tiempo, el clima y el agua, indicó que los incendios forestales son notables porque están sucediendo en algunos lugares, como Escandinavia, que no están acostumbrados a ellos.
Por ejemplo, los lagos en la república de Yakutia (noreste de Rusia) estaban congelados hace ocho semanas. Cuando las altas temperaturas han comenzado a golpear partes de Siberia, el hielo ha sido reemplazado por fuego en unos 60 kilómetros cuadrados.
Además de la amenaza directa de la quema, la OMM indicó que los incendios forestales también liberan contaminantes perjudiciales para la salud humana y los ecosistemas. Cerca de las llamas, el humo es un riesgo para la salud porque contiene una mezcla de gases peligrosos y partículas pequeñas que pueden irritar los ojos y el sistema respiratorio.
Los efectos de la exposición al humo y la inhalación van desde la irritación de los ojos y las vías respiratorias hasta trastornos más graves, que incluyen función pulmonar reducida, bronquitis, asma exacerbada y muerte prematura. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición al material particulado es la principal amenaza para la salud pública debido a la exposición a corto plazo al humo de incendios forestales.
Además, los incendios forestales liberan en la atmósfera grandes cantidades de material particulado y gases tóxicos, incluidos monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos distintos del metano.
10.000 AÑOS
Por otro lado, la OMM subrayó que el norte del planeta se está calentando mucho más rápido que la Tierra en su conjunto. Ese calor está secando los bosques y haciéndolos más susceptibles a los fuegos. Un estudio reciente descubrió que los bosques boreales arden ahora a un ritmo no visto en al menos 10.000 años.
Los incendios forestales también liberan dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, lo que contribuye al calentamiento global. Por ejemplo, las llamas quemaron alrededor de tres millones de hectáreas en Indonesia durante la temporada seca de 2015, que fue más larga y más seca que el promedio debido al fenómeno climático de ‘El Niño’.
El entorno prístino del Ártico es particularmente frágil y se calienta más rápido que la mayoría de las otras regiones. Las partículas de humo pueden caer sobre la nieve y el hielo, haciendo que el hielo absorba la luz del sol que de otro modo se reflejaría y, con ello, acelerar el calentamiento en esa zona del planeta. Los incendios en el Ártico también aumentan el riesgo de una mayor descongelación del permafrost y liberación de metano, que también es un gas de efecto invernadero.
La incidencia de los incendios forestales está muy influenciada por la variabilidad natural del clima, incluidas las precipitaciones y los vientos, así como otros factores no relacionados con el clima. La vegetación seca y las altas temperaturas son dos componentes que determinan la propagación de las llamas, además de la dirección y la velocidad del viento.
ÁRTICO, MEDITERRÁNEO Y NORTEAMÉRICA
Por otra parte, la OMM recalcó que los incendios ya han afectado un área de más de 90.000 hectáreas en Siberia y el Lejano Oriente de Rusia. Durante las dos primeras semanas de julio, el humo de los incendios en Yakutia recorrió 9.500 kilómetros y cruzaron el océano Ártico hasta Alaska y el noroeste de Canadá y, finalmente, la costa oeste de Groenlandia. Es la segunda vez en dos meses que los grandes incendios forestales se han encendido en el noreste ruso.
Suecia ha sufrido recientemente más de 50 incendios en todo el país debido a un verano excepcionalmente caluroso y con precipitaciones insualmente bajas. Las llamas han quemado este año más de 30.000 hectáreas en ese país, cuando la media anual de las dos últimas décadas es de 1.900.
Por otro lado, el sur de Europa tuvo una temporada de incendios muy activa en 2017 debido a las temperaturas y la sequía superiores a la media. Por el contrario, la primavera y el comienzo del verano de este tuvieron temperaturas por debajo del promedio y una precipitación relativamente alta.
Sin embargo, fuegos avivados por fuertes vientos han matado esta semana a docenas de personas cerca de Atenas en una de las peores tragedias en Grecia durante años.
Por último, cerca de 68 grandes incendios forestales se declararon este jueves en Estados Unidos, principalmente en el oeste. Hasta el pasado 22 de julio, las llamas habían quemado 1,5 millones de hectáreas en lo que va del año, lo que excede el promedio de 10 años para el mismo periodo.
El aumento de las temperaturas medias ha llevado a que los bosques occidentales se sequen, lo que aumenta el riesgo de incendios. La OMM destacó que han muerto 129 millones de árboles sólo en California.
Los fuegos no son ajenos a Canadá, donde había 55 incendios forestales activos en el noreste de Ontario y 77 en el noroeste.
(SERVIMEDIA)
27 Jul 2018
MGR/caa