Rivera hizo estas declaraciones al término del encuentro informativo del Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum, con el presidente electo de Colombia, Iván Duque, presentado por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, el mismo día en el que Sánchez recibe a Torra en el Palacio de La Moncloa.

DIÁLOGO CON CONDICIONES

Insistió en que el diálogo con un presidente autonómico, en este caso de la Generalitat de Cataluña, "tiene que tener condiciones, condiciones democráticas y de respeto al conjunto del pueblo español", pero Torra "no está respetando la lealtad institucional, está amenazando nuevamente con otro golpe" y hablando de "rebelión" y de repetir el 1 de octubre, y además no ha retirado su calificativo de "bestias taradas genéticamente" a los demás españoles. Junto a ello, añadió, la consejera de Presidencia, Elsa Artadi, "no descarta la rebelión" si el Estado no accede a las demandas del independentismo.

Con ese escenario, aseguró, la reunión entre Sánchez y Torra "no se tenía que producir" porque tendría que tener unas condiciones previas que no se cumplen. Torra, insistió, sigue exhibiendo pancartas en las que se dice que España es una dictadura, habla de exilio y de presos politicos, y por tanto es "un error hablar de cualquier cosa y a cualquier precio" con él.

PAGO DE HIPOTECAS

Sánchez tiene que pagar las "hipotecas" a quienes le apoyaron para ser presidente, denunció, pero "el alquiler de La Moncloa no lo tenemos que pagar los españoles con este tipo de humillaciones".

Rivera alertó a Sánchez de que muchos catalanes no se sienten representados por Torra y que, por tanto, su reunión es "con una parte" de la sociedad catalana y no para hablar de sanidad, educación, infraestructuras o las empresas que se han marchado de Cataluña, sino de "autodeterminación" y de "provilegios" a los presos separatistas.

Rivera no quiso hacer "quinielas" sobre el futuro del PP y de cómo puede resolver su "división interna", pero aseguró que su adversario no es el PP ni el PSOE sino el nacionalismo, el separatismo y el populismo, y que su apuesta es por una gran alianza de los constitucionalistas no para "apaciguar" a los independentistas sino para vencerlos social y políticamente.