Según la ONG, en las mujeres su adicción actúa como una limitación para el acceso a los recursos de acogida de la red de violencia de género, por lo que no reciben apoyo por esa violencia de la que son víctimas.

La situación, alerta UNAD, se agrava en los centros penitenciarios, donde las mujeres con problemas de adicción son discriminadas debido a su condición de privación de libertad en unos centros que tampoco están adaptados a sus necesidades, pues solo hay cuatro centros penitenciarios de mujeres en el país y, por ello, son asignadas a módulos específicos, independientemente de si son preventivas o condenadas.

Asimismo, las mujeres se encuentran con dificultades para acceder a los tratamientos de drogodependencias actuales, ya que los recursos y los programas están pensados para los hombres. Las mujeres no son correctamente atendidas, porque, según UNAD, "el sistema ni entiende ni atiende a las mujeres con problemas de adicciones".

Del mismo modo, advierte de que "en los contextos de ocio se continúa penalizando el consumo de drogas por parte de la mujer a causa del prejuicio social y del estigma, considerándose este consumo como un atenuante para los hombres y un agravante para las mujeres en los episodios de violencia sexual".

Para UNAD, todas estas realidades continúan siendo consecuencia "de un sistema de valores patriarcal". Por ello, pide "un rediseño de los recursos y programas actuales para que se adapten a las necesidades de las mujeres".

Coincidiendo con el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se celebra mañana, martes, UNAD y la Federación de Mujeres Progresistas han organizado la jornada 'Género y adicciones', con el objetivo de denunciar la invisibilidad de las mujeres con adicciones y la doble discriminación que sufren, por un lado por el hecho de consumir drogas y por otro por el hecho de ser mujer.