El abogado general, una figura imparcial e independiente que aconseja a los magistrados, destaca que, si bien la concepción que tiene la Iglesia católica sobre el matrimonio es que es “sagrado” e “indisoluble”, no constituye un “requisito profesional”, y menos aún un “requisito profesional esencial y justificado”.

El Bundesarbeitsgericht (el Tribunal Supremo de lo Laboral de Alemania), elevó una cuestión al tribunal europeo para que se pronunciara, ya que en Alemania se permite a la Iglesia católica exigir a sus trabajadores una “lealtad distinta”. No obstante, el informe elevado a los jueces por el abogado general observa una “discriminación directa basada en la religión”.

Según IR, la empresa dependiente del Arzobispado que gestiona el hospital, al celebrar un matrimonio que es nulo según del derecho canónico, el médico incumplió los deberes de su relación laboral.

Además, según las normas establecidas por la Iglesia Católica alemana, la vida personal de los trabajadores eclesiásticos que ejerzan funciones directivas, como es el caso, “deberá dar testimonio de los principios de la doctrina católica sobre la fe y las buenas costumbres”. Según la empresa católica, el divorcio “es una infracción grave” y “justifica el despido”.

Por el contrario, el informe independiente trasladado a los magistrados europeos asegura que “no está justificado en absoluto” y que el hospital podría haber retirado de su cargo de responsabilidad al médico para que no tuviera que estar sujeto a esas “buenas costumbres”, pero le "despidió directamente”.