El documento se basa en datos de 2016 y concluye que más del 80% de la ayuda al desarrollo de España se gastó en condonación de deuda y en la atención a refugiados dentro del país. Según sus conclusiones, ese año las partidas presupuestarias destinadas a AOD experimentaron un notable incremento tras siete años de recortes continuos, si bien la mayor parte de dicha subida se debió a una operación excepcional de condonación de deuda con Cuba que alcanzó los 1.900 millones de euros, prácticamente la mitad de la ayuda neta española ese ejercicio.

Por tanto, “los datos están distorsionados debido a esta operación singular”, indica Intermón. “Si dejamos de lado esta operación, la ayuda neta española se quedó en poco más de 1.900 millones de euros”, prosigue, y el porcentaje que esta representa sobre la Renta Nacional Bruta baja sustancialmente, hasta el 0,17%.

Aunque cinco décimas por encima del registro de 2015, con este dato España lleva ya cinco años por debajo del 0,20%. Esta leve tendencia al incremento se mantiene tanto en los prespuestos de 2017 como en los de 2018 que se tramitan en el Parlamento.

El informe destaca que la mayor parte de la AOD se destina a cumplir con los compromisos obligatorios internacionales y al pago de coste de refugiados. De hecho, el coste de refugiados en España computado como AOD experimentó un espectacular incremento, del 173%, entre 2015 y 2016, al pasar de 32 a 88 millones de dólares.

Intermon explica que el grueso de estos costes (más del 60%) se computa como ayuda a los países de procedencia de las personas acogidas, concretamente a Siria, Ucrania, Venezuela y Palestina, pero finalmente se gasta en la acogida en España. Agrega que más de 1.000 millones de euros de la AOD bruta española responden a compromisos obligatorios que se suman a los presupuestos de la Comisión Europea en materia de cooperación al desarrollo (más de 780 millones de euros, un 31% más que en 2015) y del Fondo Europeo de Desarrollo (252 millones de euros, un aumento del 14%). Estas son aportaciones obligatorias y vinculadas a unos porcentajes de contribución que varían en función del comportamiento económico de España.

SOBREEJECUCIÓN APARENTE

A diferencia de lo ocurrido en años anteriores, en 2016 hubo una "sobreejecución" de 1.472 millones de euros. Así, frente a los 2.400 millones de euros previstos inicialmente en los PGE de 2016, la AOD neta española alcanzó finalmente los 3.868,2 millones de euros, pero “detrás de este gran titular se ocultan importantes subejecuciones respecto a las previsiones iniciales", advierte la ONG.

Apunta que en 2016 el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación tenía previsto financiar más de 750 millones de euros, pero finalmente sólo aportó poco más de 306 millones de euros.

El Fondo para la Promoción del Desarrollo, uno de los instrumentos de cooperación reembolsable de la cooperación española que más peso tiene en los PGE, tenía una dotación de 235 millones de euros, de los que apenas se ejecutó un 10% (24,6 millones de euros.

RETOS PARA EL FUTURO

El informe también advierte de que las partidas destinadas a cooperación internacional acumulan una caída del 84% desde 2009, año en que se alcanzó el máximo. En 2016, sin embargo, se aprecia un pequeño incremento con respecto al año anterior, cuando la ayuda humanitaria ejecutada alcanzó los 51,3 millones de euros, un 10% más que el año anterior. Esta cifra representa el 1,24% del total de la ayuda bruta, y el 2,34% si se compara con la ayuda total sin deuda, muy lejos, por tanto, del 10% deseable, dice la ONG.

Añade que de seguir a este ritmo, se tardarían 15 años en alcanzar el 0,4% del PIB para AOD al que los grupos políticos se comprometieron de cara a 2020. Por ello, Oxfam Intermón reclamó dedicar más recursos a la AOD y, dentro de ésta, garantizar que al menos el 10% se destine a la cooperación humanitaria.

Además, exige acabar con la venta de armas a Arabia Saudí, país directamente implicado en el conflicto de Yemen. "La protección de civiles debe ser una prioridad de nuestro gobierno", reclama.

Por último, señala que el futuro Observatorio sobre Desplazamiento Global en el Congreso, a cuya creación se han comprometido todos los partidos parlamentarios, será una oportunidad clave para poder abordar la agenda de desplazamiento global con una visión más amplia y positiva que contribuya también a frenar las políticas de externalización de fronteras dentro de la UE. Hay que evitar usar la AOD para frenar las migraciones y dar prioridad a la lucha contra la pobreza y la desigualdad, concluye.