Informe Anual
El Banco de España descarta volver a los elevados saldos de crédito bancario registrados antes de la crisis
- Destaca que la resolución del Banco Popular ha elevado la calidad crediticia
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El Banco de España considera que a corto y medio plazo no cabe esperar un retorno a los elevados saldos de crédito bancario registrados antes de la crisis, por lo que sostiene que las entidades financieras deberán perseverar en la búsqueda de fuentes alternativas de ingresos y en el control de sus costes.
Así se expresa el organismo presidido por Luis Linde en su informe anual sobre el ejercicio 2017, donde analiza los factores que afectan a la baja rentabilidad que todavía tiene la banca española, entre los que cita la contracción de la actividad crediticia en el país.
A este respecto, apunta que “algunos de los factores que explicaron el aumento de la deuda en los primeros años del presente siglo (la evolución demográfica, el fuerte crecimiento del precio de la vivienda y la intensa expansión de la inversión inmobiliaria) probablemente actúen en mucha menor medida o incluso en sentido contrario en los próximos años”.
Por ello, concluye que “no cabe esperar, en el corto y medio plazo, una vuelta a los niveles de ingresos registrados durante la fase previa a la última crisis, por lo que los gastos y la estructura de negocio deben adaptarse también a ese nuevo entorno”.
Asimismo, prevé que en algunos casos se produzcan “avances adicionales en el proceso de consolidación, que contribuyan a acelerar el ajuste de la estructura de costes de las entidades, a nivel doméstico y entre entidades de la UE, y sin que ello suponga una reducción del grado de competencia del sector”.
También se refiere a la existencia de tipos de interés bajos, e incluso negativos, que “tiene efectos contrapuestos sobre la rentabilidad de los bancos”, ya que, en el lado positivo, deberían tener un impacto favorable sobre la actividad económica y, consiguientemente, sobre la demanda de crédito y de otros servicios bancarios, así como sobre el valor de los activos y el volumen de las pérdidas por impagos de los bancos.
En esta línea, defiende que “no cabe duda de que una política monetaria menos acomodaticia hubiera dificultado lograr la actual recuperación económica, que es la que está permitiendo a las entidades de crédito recuperar niveles más reducidos de morosidad y rentabilidades positivas”.
Por otro lado, admite que “en un contexto en el que existe una fuerte resistencia a la hora de introducir remuneraciones negativas sobre los depósitos, descensos en los tipos de interés tienden a contraer el margen de intereses neto”.
Además, alerta de que “el mantenimiento de tipos de interés muy bajos durante un período prolongado, en un contexto en el que este estímulo monetario no se traduce en una prolongación de la recuperación de la economía y de la demanda de crédito, podría acabar haciendo que los efectos negativos sobre los ingresos de las entidades terminen por predominar sobre los impactos positivos”.
Otros aspectos causantes de la baja rentabilidad son, según indica el informe, las pérdidas por deterioro del activo, que alcanzaron su máximo en 2012 y se han moderado posteriormente, pero sin recuperar los niveles previos a la crisis.
En ese sentido, destaca que “el saneamiento, en 2017, del balance del Banco Popular Español y otras medidas similares tomadas durante ese año, han elevado la calidad crediticia del activo del sector”.
(SERVIMEDIA)
22 Mayo 2018
JBM/gja/caa