Así lo dijo Álvarez en la Comisión de Empleo y Seguridad Social en el Senado, en la que compareció para informar sobre las medidas necesarias para impulsar la industria en España como motor de la creación de empleo.

El líder de UGT advirtió de la necesidad de contar con un Pacto de Estado por la Industria en España, que suponga “la garantía de que las políticas a largo plazo y las planificaciones de inversiones en infraestructuras e investigación no se vean ralentizadas o incluso paralizadas por los cambios de Gobierno”.

Explicó que con una estructura industrial adecuada, los efectos derivados de las crisis serán “menores en intensidad y en duración” y reclamó “enmendar” la reforma laboral para que España cuente con un sector industrial y un sector servicios de mayor valor añadido.

Además, consideró que “no deberíamos mirar con triunfalismo la evolución de las cifras de turismo si se produce en paralelo una pérdida de estructura industrial”, y alertó de que es preciso actuar “cuanto antes, adelantándonos a las consecuencias que puedan tener sobre nuestra economía los cambios de vientos de cola que han favorecido la recuperación”.

Álvarez consideró que las infraestructuras “no pueden estar siempre pensadas en el atractivo popular o populista” y pidió que se focalicen en los territorios menos desarrollados.

UGT planteó una serie de medidas en distintos ejes, entre las que destacan el impulso del empleo estable y con derechos en la industria, planes de formación dirigidos a las plantillas afectadas, así como contratos de formación orientados a la continuidad y carrera profesional en la empresa.

Álvarez también reclamó una apuesta por la inversión en investigación, desarrollo e innovación, al margen del ciclo económico, al tiempo que criticó que presupuestar “poco” y “con carácter restrictivo” requiere un “toque de atención” a los gestores públicos.

Desde el sindicato se reivindicó un Pacto Nacional por la Inclusión Tecnológica, que actúe de plan de choque para la formación y la generalización de las nuevas tecnologías; una política energética con la que se alcance un mix energético “equilibrado y diversificado”; unificar las tarifas eléctricas entre los países de la Unión Europea; revisar la política de ayudas en las que se discrimine a las empresas por su tamaño y favorecer la financiación evitando la paralización de proyectos industriales.

Álvarez hizo hincapié en que es imprescindible que el diálogo social presida toda la estrategia en materia de política industrial, y en este punto explicó que se debe crear un ámbito para el diálogo tripartido, con vocación de permanencia, que se encargue de diseñar y evaluar las medidas aplicadas.