Salud

Identifican un biomarcador para el diagnóstico del Síndrome de Sézary, un linfoma cutáneo muy agresivo

MADRID
SERVIMEDIA

Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Barcelona han identificado un biomarcador que facilita el diagnóstico del Síndrome de Sézary, un tipo de linfoma de células T que se inicia en la piel y que es prácticamente incurable en los estadios avanzados.

El estudio revela la importancia de la proteína quinasa TAK1 en el diagnóstico del Síndrome de Sézary, un subtipo de linfoma cutáneo de células T, para el cual no hay tratamiento curativo. El trabajo lo publica la revista 'Leukemia' y es fruto de la interacción entre dos de los grupos básicos de investigación del Instituto, el de Mecanismos Moleculares del Cáncer y de las Células Madre, dirigido por el doctor Lluís Espinosa, investigador principal del estudio y miembro de Ciberonc, y el Grupo de Investigación Translacional en Neoplasias Hematológicas, en el cual participa el doctor Fernando Gallardo, primer firmante del artículo y que también es jefe de sección del Servicio de Dermatología del Hospital del Mar.

Los investigadores han podido certificar, primero en modelos in vivo, en ratones y después con muestras de pacientes, que esta proteína, que ya se sabe que es esencial en el desarrollo de los linfomas de células B, está también activada en el Síndrome de Sézary. Además, han identificado los residuos de la proteína TAK1, que son importantes para su actividad.

Con los nuevos resultados, los investigadores aseguran que ya se dispone de un biomarcador que facilita el diagnóstico de la enfermedad. A la vez, como apunta el doctor Espinosa, se abre la puerta a encontrar un tratamiento. “Es interesante que la proteína TAK1, cuando está activada, también induce diversas vías protumorogénicas, como la vía NF-kB y β-catenina, que también pueden ser un objetivo terapéutico en determinados tumores”, explica.

En este sentido, “el biomarcador identifica y ayuda a diagnosticar y a estratificar a los pacientes que se podrán tratar con los inhibidores de estas vías”, una posibilidad que todavía está pendiente de más estudios. A la vez, también se analizará la posibilidad de aplicar este tratamiento a otros tipos de tumores.

El doctor Fernando Gallardo ha destacado la importancia de los resultados del estudio para un grupo de pacientes afectados por una “enfermedad que se puede considerar rara”. Explica que “se trata de un tipo de linfoma muy agresivo, sin otro tratamiento curativo que el trasplante alogénico de medula ósea o bien quimioterapia paliativa”. Por tanto, abrir esta puerta para el diagnóstico y el posible tratamiento es una “gran noticia para estos pacientes”,concluyó.

(SERVIMEDIA)
12 Abr 2018
MAN/gja