“Creemos que ofrecer el canal de las farmacias como alternativa a los hospitales de referencia va a redundar sobre todo en una mayor adherencia de los pacientes a sus tratamientos contra el VIH y en un mejor servicio”, aseguró la entidad en un comunicado.

De esta manera pide que se implante el mismo sistema impulsado en 2016 por el Gobierno de Portugal, que actualmente cuenta con un programa piloto para estudiar la posibilidad de que las farmacias se conviertan en canal alternativo de dispensación de antirretrovirales en la capital lusa.

Para el colectivo LGTB, los horarios de la farmacia hospitalaria para dispensar estos fármacos son “limitados” y “hacen perder mucho tiempo” a los pacientes, y denunció que actualmente los afectados tienen que pedir permisos en sus trabajos, lo que repercute negativamente en sus carreras.

“Si se toma correctamente la medicación antirretroviral, se consigue controlar la infección, pero en caso contrario el virus VIH puede desarrollar resistencias a los fármacos que dejan de ser efectivos”, alertaron desde Colegas.

Según la asociación, el 98% de los pacientes prefieren la oficina de farmacia frente al hospital para recoger de forma mensual su medicación, como pone de manifiesto el proyecto desarrollado en Portugal.