Así lo contemplan sus líneas estratégicas comunicadas este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), coincidiendo con la publicación de sus resultados en 2017.

En la presentación de las perspectivas, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán explicó que dichas perspectivas “reafirman el enfoque del plan anterior, incorporan Neoenergia e incluyen nuevas iniciativas de eficiencia y servicios a clientes”.

Además, destacó que “las ventajas de la electricidad en términos de descarbonización y eficiencia energética están disparando la demanda” y apuntó que la previsión es que sea un 60% superior en 2040, año en que circularán 280 millones de vehículos eléctricos en el mundo, el 15% del total.

El beneficio neto esperado en 2022 implicaría alcanzar un dividendo de 0,4 euros brutos por acción al final del plan, un 25% más que los 0,32 euros aplicados por el resultado de 2017.

En cuanto al beneficio bruto de explotación (Ebitda), Iberdrola contemple que se sitúe entre 11.500 y 12.000 millones de euros en 2022.

Por otro lado, la compañía contempla invertir 32.000 millones de euros entre 2018 y 2022, lo que le permitirá sentar las bases para un crecimiento sostenible futuro.

Más del 90% de este importe se destinará a los negocios de Redes (50%), Renovables (37%) y Generación contratada en México (4%), áreas que aportarán más del 80% del Ebitda en 2022.

Así, la inversión en redes alcanzará los 15.500 millones, mientras que la destinada a renovables se situará en los 11.500 millones y la orientada a generación y comercial será de 2.800 millones.

La eléctrica destaca que el 75% de las inversiones del Plan 2018-2022 están aseguradas o son altamente probables. El grupo mantendrá inversiones en curso por valor de 9.000 millones de euros al final del periodo, que permitirán continuar incrementando los resultados más allá de 2022.

Por último, contempla que la digitalización supondrá 600 millones adicionales de Ebitda en 2022 y la mejora en eficiencias otros 1.000 millones.