Así lo indicó en su discurso, realizado en tres idiomas (inglés, español y francés), en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, en lo que se entiende como un primer examen en su candidatura a la Vicepresidencia del Banco Central Europeo.

De Guindos recordó que “nunca” ha sido parlamentario en España ni ha ido “jamás” en una lista electoral. En todo caso, quiso aprovechar la ocasión “para defender que haber formado parte de un Gobierno o mantener una determinada adscripción política, como tenemos todos, no supone menoscabo alguno de la defensa de la independencia de las autoridades monetarias”.

El ministro aprovechó su intervención también para explicar lo que cree que puedo aportar al BCE, una institución que desde su fundación “tenido éxito en garantizar la estabilidad de precios en la zona del euro”.

Para lograr esto, dijo De Guindos, el BCE ha utilizado todos los instrumentos de política monetaria disponibles, incluidos los no convencionales, que han demostrado ser “indispensables” para cumplir su mandato. “Una vez que finalice la crisis financiera, la institución sin duda enfrentará nuevos desafíos que requerirán respuestas no sólo basadas en consideraciones de política monetaria”, expuso.

Según el ministro, la experiencia de la crisis ha demostrado que la política económica “no está hecha de compartimentos estancos, y que es necesario tener una visión global para evaluar qué decisiones son las más apropiadas en cada momento”.

Por lo tanto, subrayó que es “importante” ampliar la gama de perfiles profesionales y trayectorias en el Comité Ejecutivo del BCE para fomentar este tipo de “perspectiva integral”.

Por otra parte, señaló que teniendo en cuenta que el vicepresidente del Banco Central Europeo es actualmente el responsable de la Dirección General de Política Macroprudencial y Estabilidad Financiera, su experiencia puede ser un “gran activo” para el funcionamiento de la institución.

Al mismo tiempo, destacó que también puede aportar su amplia experiencia en puestos ejecutivos y la gran cantidad de decisiones, no siempre fáciles, que ha tenido que tomar en los últimos seis años al frente del Ministerio de Economía, la mayoría con el “consenso y el apoyo de otras formaciones políticas”.