Según informó este miércoles el centro hospitalario, este nuevo dispositivo recibió recientemente uno de los cuatro galardones de la segunda edición de los IDEA2 Global Awards, organizada por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), un programa de mentorización internacional en el que el equipo del Gregorio Marañón participó con el apoyo de la Fundación para la Innovación y la Prospectiva en Salud en España (Fipse).

De acuerdo con sus investigadores, los doctores Guillermo Rodríguez Bernal y Javier Casanova Barea, este dispositivo ofrece cuatro funcionalidades: facilita la apertura de la boca del paciente, impide que se obstruya la vía gracias a un depresor lingual, protege los dientes y la boca evitando lesiones habituales al realizar la laringoscopia y las demás pruebas diagnóstico-terapéuticas e, incluso, permite intubar a los pacientes sin necesidad de utilizar un laringoscopio.

Según explicaron en una nota informativa, “su uso no sólo ofrecerá nuevas funcionalidades, también supondrá un cambio total en la técnica que se utiliza actualmente, aumentando la seguridad de los pacientes y facilitando los procedimientos, que durarán menos y tendrán un menor coste”.

El nuevo dispositivo está formado por un protector de dientes y labios y un depresor y, en una primera fase, se fabricará en tres tallas, en plástico biocompatible, semirrígido y desechable.

De acuerdo con los primeros estudios, el coste de cada dispositivo será inferior a los seis euros y su mercado potencial es enorme, según subrayaron los dos anestesistas del Gregorio Marañón, quienes añadieron que “cada año en el mundo se realizan más de 200 millones de cirugías mayores, a las que hay que añadir millones de endoscopias y otras intervenciones”.

El proyecto está en proceso de firma de licencia con un fabricante español y se está valorando la incorporación de un tercer socio internacional. Según los plazos previstos, el dispositivo podría llegar al mercado antes de que acabe este año.