Según informó el Ejército, las personas participantes en estos talleres recibieron formación en albañilería, jardinería, pintura, podador de palmeras, encuadernador, restaurador, archivista y tipógrafo. Esta formación estuvo supeditada a las condiciones del mercado laboral de cada localidad o provincia en la que se impartía.

Los alumnos —desempleados de larga duración, jóvenes sin cualificación y otros colectivos considerados desfavorecidos— logran una formación homologada por el Ministerio de Educación, que les puede ayudar a mejorar sus opciones de conseguir posteriormente un empleo.