Amnistía ve “alarmante” que líderes mundiales difamen a activistas de derechos humanos
- Señala que puede prevenirse la escalada de asesinatos y desapariciones forzadas
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Amnistía Internacional afirma en un informe difundido este martes que países de todo el mundo están incumpliendo su deber de proteger de manera efectiva a quienes defienden los derechos humanos, lo que da lugar a una escalada de asesinatos y desapariciones forzadas que se podrían prevenir.
Guadalupe Marengo, directora del Programa Global sobre Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos de Amnistía Internacional, indicó que “los brutales ataques que se documentan en este informe son el final lógico de una tendencia alarmante”, puesto que, en lugar de apoyar a los activistas, “muchos líderes globales los ponen en una situación de mayor riesgo”.
Marengo indicó que ello se debe a “campañas difamatorias, el uso indebido del sistema de justicia penal o presentándolos falsamente como personas que se oponen a los intereses nacionales, con lo que en la prática los gobiernos muestran desprecio por los derechos humanos de todos nosotros”.
En su nuevo informe, ‘Ataques letales pero prevenibles. Asesinatos y desapariciones forzadas de quienes defienden los derechos humanos’, la organización revela el riesgo creciente al que se exponen los defensores de los derechos humanos: personas de todo tipo y condición que trabajan para promover y defender los derechos humanos.
El informe incluye testimonios de amigos, familiares y compañeros de defensores y defensoras de los derechos humanos que han muerto o han desaparecido, entre los que hay activistas del medio ambiente, en favor de los derechos de las personas no heterosexuales, de las mujeres y profesionales del periodismo y la abogacía. Muchos de los testimonios describen cómo las autoridades han ignorado reiteradamente las peticiones de protección de las víctimas y cómo los atacantes han eludido la acción de la justicia, alimentando una espiral mortal de impunidad.
“Hemos hablado con familiares de defensores y defensoras de los derechos humanos que han sido asesinados o sometidos a desaparición forzada en todo el mundo, y siempre escuchamos lo mismo: todos sabían que su vida estaba en peligro”, afirmó Marengo.
IMPUNIDAD
Esta representante de Amnistía Internacional recalcó que “sus muertes o desapariciones vienen precedidas de una sucesión de ataques previos que las autoridades ignoraron o incluso alentaron”. “Si los Estados se hubieran tomado en serio sus obligaciones de derechos humanos y hubieran actuado con diligencia ante los informes de amenazas y otros abusos, se podrían haber salvado vidas”, añadió.
El nuevo informe de Amnistía Internacional recopila historias de todo el mundo para ilustrar el aumento de los ataques contra defensores de los derechos humanos que se podrían haber evitado, y pone de relieve una “escalofriante constante de impunidad”.
Algunos casos son los de Natalia Estemírova (secuestrada y asesinada en Chechenia en 2009), Berta Cáceres (activista hondureña de los derechos medioambientales y de los pueblos indígenas que murió por disparos en 2016 tras años de amenazas y ataques) y ‘Los 4 de Douma’ (cuatro activistas sirios que fueron secuestrados por un grupo de hombres armados en su oficina en diciembre de 2013 sin que se haya sabido nada de ellos desde entonces).
Según el informe de Amnistía Internacional, los motivos de estos ataques son múltiples y vinculados entre sí. Algunas personas son atacadas debido a su ocupación (por ejemplo, profesionales del periodismo y de la abogacía, sindicalistas), por enfrentarse a actores poderosos que violan los derechos humanos, por compartir información o por concienciar sobre cuestiones de derechos humanos.
Otras corren más riesgo de ser atacadas y sufren discriminación y violencia por hacer lo que hacen y por ser quienes son. Entre estas personas se encuentran quienes defienden los derechos de las mujeres, se dedican al trabajo sexual; las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales; las poblaciones indígenas y otros grupos minoritarios. Otras personas son blanco de ataques en situaciones de contextos específicos, por ejemplo en el marco de conflictos o cuando las comunidades se hallan en manos de la delincuencia organizada y la represión violenta.
“Aunque los motivos de los ataques pueden variar, detrás de todos ellos está el deseo de silenciar a quienes denuncian las injusticias o se enfrentan a intereses poderosos. Esta forma de silenciar tiene un efecto multiplicador que afecta a la comunidad en general, crea un ciclo de miedo y menoscaba los derechos de todos”, comentó Marengo.
Por otro lado, Amnistía Internacional insta a todos los Estados a dar prioridad al reconocimiento y protección de quienes defienden los derechos humanos apoyando públicamente su trabajo y reconociendo su contribución al fomento de los derechos humanos, así como tomando todas las medidas necesarias para prevenir más ataques y llevando a los responsables ante la justicia, investigando los ataques de manera efectiva y enjuiciando los asesinatos y las desapariciones forzadas.
(SERVIMEDIA)
05 Dic 2017
MGR/gja/caa