Investigadores nacionales e internacionales coinciden en que los factores psicosociales influyen en la recuperación física

- Durante un encuentro organizado por el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid con motivo de su 20 aniversario

MADRID
SERVIMEDIA

Diversos investigadores en fisioterapia del ámbito tanto nacional como internacional, coincidieron este viernes, durante la celebración del I Simposio Internacional de Razonamiento Clínico en Fisioterapia, en destacar la necesidad de considerar los factores psicosociales del paciente en la aplicación de su tratamiento, ya que influyen de forma considerable en su recuperación física.

Según Mark Jones, director del Programa de Posgrado en Fisioterapia en la University of South Australia, existen factores como la ansiedad que produce el dolor crónico, el miedo, el significado del dolor para cada persona, sus creencias con respecto a la patología que padece o el apoyo que recibe de su entorno laboral y social, influyen en la evolución del paciente y el fisioterapeuta debería tener en cuenta a la hora de abordarlo.

Por ello, para conocer cómo vive cada persona su proceso de recuperación y poder mejorar sus niveles de actividad, Jones recomendó a los fisioterapeutas que empleen las entrevistas y los cuestionarios.

De hecho, según declaró el experto “las investigaciones demuestran que si podemos reducir la ansiedad relacionada con el dolor a través de estrategias de comportamiento cognitivo en fisioterapia, podemos mejorar la efectividad del tratamiento”

En este sentido, explicó que los fisioterapeutas “hemos de reconocer cuándo debemos derivar a otros profesionales, como los psicólogos, el tratamiento de los factores psicosociales, pero incluso en esos casos, no debemos abandonar al paciente porque el fisioterapeuta es el profesional más familiarizado con el tratamiento del dolor”.

Por su parte, Roger Kerry, de la University of Nottingham, manifestó que cada persona es un paciente individual y por tanto debe recibir un tratamiento personalizado. En este sentido, según el experto, debería ponerse en valor “desgranando de forma individualizada el marco en razonamiento clínico”.

Por otra parte, Rafael Torres, profesor titular de la Universidad de Valencia y presidente de la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor, apostó por regresar a la biología y volver a estudiar la patología teniendo en cuenta las circunstancias actualizadas del paciente.

“El dolor crónico es una memoria y como toda memoria se puede apagar o puede cambiar, sobre todo si modificamos el significado que tiene para el paciente”, aseguró. “El dolor no está en el cuerpo, está en la cabeza y también es conducta, por lo que es fundamental integrar el paradigma psicosocial y los aspectos culturales y sociales del paciente para entender su dolor”, explicó,

Por su parte, Andrés LLoves, profesor del departamento de Fisioterapia de la Universidad Europea de Madrid y director del centro Neuro y Forma, destacó también la importancia del modelo biopsicosocial, en el que, según el experto, persisten factores primarios y secundarios, siendo el dolor un aspecto secundario, en ocasiones, frente a por ejemplo, las alternaciones de la movilidad.

BENEFICIOS DEL EJERCICIO TERAPÉUTICO

Por otra parte, Roy Latouche, doctor y Máster universitario en estudio y tratamiento del dolor por la Universidad Rey Juan Carlos y profesor del Centro Universitario LaSalle, se refirió durante su intervención en el simposio a la eficacia del ejercicio terapéutico para el abordaje del dolor.

Según el experto, el ejercicio incrementa el flujo cerebral de la corteza, lo que produce un aumento de neuronas en el hipocampo que mejora el aprendizaje motor. Además, explicó como la “autoeficacia” es la capacidad de un paciente de hacer algo por su problema y como “los pacientes con mayor autoeficacia tienen menor estabilidad corporal y perciben mayor dolor en cada una de las estaciones del movimiento”.

Por otra lado, Latouche aseguró que la percepción del dolor está condicionada por factores auditivos y visuales, por el estrés percibido o por las emociones, además de por el contexto social y biológico. “Esto puede hacer que la percepción del dolor produzca cambios específicos en el comportamiento o la conducta motora, entre otros”, añadió.

En este sentido, el profesor informó de que el catastrofismo de una persona a la hora de afrontar su patología puede influir en la eficacia del ejercicio terapéutico, por lo que “es necesario incluir en el tratamiento factores motivacionales y componentes lúdicos”. Asimismo, señaló la importancia de trabajar de la mano de otros profesionales como los psicólogos, ya que pueden reorientar las creencias erróneas del paciente.

(SERVIMEDIA)
01 Dic 2017
SRH/gja