Según un informe que se publica en el último número de la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo y al que ha tenido acceso Servimedia, los crímenes de la banda etarra que están sin esclarecer son, al menos, 37 de un total de 817.

Esta investigación, titulada "Crímenes sin autor", destaca que "resulta muy complicado conocer exactamente el número de asesinatos de ETA que aún están sin resolver", aunque las Fuerzas de Seguridad calculan que pueden rondar el 10 por ciento.

A estos casos sin esclarecer, esta publicación hace referencia a los de aquellos asesinatos en los que se conoce la identidad de los etarras que cometieron los atentados, pero que hasta la fecha no han podido ser detenidos.

POLICÍAS Y MAESTROS

En este sentido, la revista de la Fundación de Víctimas incluye el listado de los 37 crímenes cuyo autor claramente se desconoce, entre los que están el asesinato en 1973 del ex presidente Luis Carrero Blanco o los de los "ertzainas" Javier Mijanjos y Ana Isabel Aróstegui, cometidos en 2001.

La mayoría de muertes sin aclarar corresponden a las primeras décadas de ETA. En este sentido, durante los años setenta hay un total de 22 crímenes de la banda etarra sin esclarecer, a los que se añaden 4 perpetrados en la década de los ochenta, 5 en la de los noventa y 4 desde el año 2000.

Entre los asesinatos sin esclarecer perpetrados en los años setenta, además del de Carrero Blanco, figuran los de varios policías, como Juan Antonio Bueno y Félix Ayuso, así como los de otros ciudadanos de distintas profesiones, como la maestra Francisca Baeza o el agente comercial Luis Martínez Martín.

En los noventa permanecen sin aclarar crímenes de ETA como los de la auxiliar de clínica Josefina Corresa Huerta, el policía nacional Eduardo López Moreno o el vendedor Eugenio Olaciregui Borda.