Cada vez son más los proyectos hoteleros del más alto nivel que ofrecen un servicio exclusivo en alojamientos de contadas habitaciones que garantizan la privacidad y la tranquilidad. Por eso no es de extrañar que la publicación internacional especializada Conde Nast Traveller haya seleccionado los que considera los mejores alojamientos de la isla, que incluyen casas de campo, villas con jardines frondosos, palacios reinventados y magníficas fincas.

Son Vell: Tras haberse sometido a una meticulosa restauración, Son Vell ofrece 33 habitaciones y suites de lujo, tanto en la casa palacio principal como en los edificios anexos, en formato bungalows de un solo piso con amplias terrazas privadas. Todo ello en una imponente finca de 200 hectáreas con olivos a 20 minutos de Ciutadella y a 12 minutos a pie por la propia finca de cala Son Vell. El hotel cuenta con dos piscinas, tres bares y dos restaurantes, Sa Clarisa, para el día y Vermell, que acaba de ser incluido en la Guía Repsol y ofrece una cuidada experiencia gastronómica durante la cena. El hotel, el primero del proyecto familiar Vestige Collection, ofrece a sus huéspedes experiencias de lujo relajado como excursiones a caballo desde la propia finca, paseos en barco, clase de yoga, cine al aire libre o tratamientos de belleza.

Menorca Experimental: Ubicada en una finca del siglo XIX, de 30 hectáreas de terreno, Menorca Experimental está diseñada con el espíritu de la casa de vacaciones de un artista. El hotel cuenta con 43 habitaciones, de las cuales 9 disponen de sus propias piscinas para ofrecer aún más intimidad. La finca cuenta con piscina, spa, huerto, viñedos y un mirador desde donde se pueden realizar clases de yoga. El hotel organiza varios retiros de yoga durante todo el año. Su oferta gastronómica esta dirigida por el chef Alex Larea y los huéspedes pueden disfrutar también de su bar con una amplia oferta de cócteles.

Cristine Bedfor Hostales Mahón: Este proyecto de Cristina Lozano y Daniel Entrecanales, diseñado por Lorenzo Castillo, es un singular hotel boutique en la ciudad de Mahón. Sus 21 habitaciones son espacios llenos de luz, de color, de detalles y donde poder disfrutar de la tranquilidad. El chef, Pau Sintes está al frente de su propuesta gastronómica con productos de calidad y recetas sencillas. Cuenta con una pequeña piscina en el patio.

Torralbenc: Una finca tradicional menorquina de 74 hectáreas convertida en agroturismo de lujo y bodega formada por un conjunto de edificaciones de los siglos XIX y principios del XX, antiguamente dedicadas a la ganadería y agricultura propias de la isla. Sus edificaciones, encaladas con paredes de piedra seca y buganvillas caídas, acogen las habitaciones, decoradas con roca caliza, madera y telas naturales, y cuentan con balcón, terraza o jardín privado. Su piscina de color turquesa y su restaurante hacen también las delicias de sus huéspedes.

Alcaufar Vell: Con encanto aristocrático, el hotel ubicado en una finca de 250 hectáreas con caminos y diferentes rutas, dispone de 22 habitaciones y suites repartidas entre su casa señorial y los antiguos vaquerizos. Su cocina con productos de proximidad y temporada funciona todo el día.

Casa Alberti: Situado en el corazón del centro histórico de la ciudad de Mahón, en la isla de Menorca, Can Albertí es una encantadora y lujosa residencia construida por la familia Albertí en 1740. Parte del patrimonio histórico y cultural de la ciudad, este lugar, que representa la arquitectura de la Ilustración de Mahón en la época británica, ha experimentado una intensa vida artística bajo el impulso de diferentes miembros de la familia Albertí. El boutique hotel ha sido completamente restaurado recientemente y ahora actualmente alberga 14 habitaciones que combinan un refinado y elegante estilo menorquín con las más modernas comodidades.

Faustino Gran Relais & Chateaux: Ubicado en Ciutadella, este hotel rural ocupa un palacio mercantil del siglo XVI en el centro histórico de la ciudad. Sus 24 habitaciones son frescas y sencillas, cuenta con un pequeño spa y una piscina de agua salada en el jardín, además de esculturas del artista local Pedro Rodríguez. Su restaurante Fuego, con el chef Matías Salvia a la cabeza, ofrece una cocina local, vegetal y mixta.