En este contexto, señalaron que lo primero que se debe hacer es cumplir con la Ley de Arrendamiento Urbano (LAU) que indica que el arrendador debe realizar todas las reparaciones necesarias para mantener la vivienda en condiciones habitables, sin aumentar la renta, a menos que el deterioro sea responsabilidad del arrendatario. Además, las reparaciones menores relacionadas con el desgaste por el uso ordinario de la vivienda y con un coste inferior a los 150 euros, serán responsabilidad del arrendatario.

Asimismo, indicaron que el arrendador puede llevar a cabo obras para mejorar las características del inmueble y aumentar su valor, siempre y cuando no puedan diferirse razonablemente hasta el final del contrato de arrendamiento. En este caso, debe notificar por escrito al inquilino su intención de realizar estas obras al menos tres meses antes, especificando su naturaleza, inicio, duración y coste estimado.

En concreto, subrayaron que las mejoras que pueden realizar los inquilinos, previo permiso del arrendador, son principalmente las que implican una mejora estética como pintar las paredes. Aunque también añadieron otro tipo de cambios como el de los grifos si están averiados.

Por otro lado, apuntaron que según el artículo 24 de la LAU, el inquilino puede realizar obras necesarias en la vivienda para adaptarla a personas con algún tipo de discapacidad o mayores de 70 años (incluyendo su cónyuge, pareja o familiares que vivan con él), siempre que no dañen las áreas comunes o la seguridad del edificio.

En este sentido, destacaron que una de las obras que pueden realizarse en cocina y baños, es la instalación de encimeras y lavabos con alturas ajustables para adaptarse a diferentes necesidades. Así como barras de apoyo en la cocina y el baño para proporcionar estabilidad y facilitar el movimiento. También se puede mejorar la iluminación de la vivienda, “para mejorar la visibilidad poniendo más puntos de luz”, destacaron. Y, por último, indicaron que el suelo se puede cambiar por suelos antideslizantes o superficies uniformes que faciliten el desplazamiento y eviten resbalones, siempre y cuando el casero lo acepte.