En una declaración sin preguntas tras visitar unas bodegas en el Penedès en el último día de campaña, el líder del PP ensalzó así “el plan Cataluña” de Fernández, “que está orientado precisamente a la creación de riqueza y de empresas, a la producción y a la inversión”.

En primer lugar, señaló que el programa electoral del PP “busca adelgazar la Generalitat de Cataluña para poder bajar los impuestos a los ciudadanos”. Esta política fiscal, a su vez, permitiría “atraer riqueza”, “incrementar la recaudación” y “mejorar la financiación de los servicios públicos. “El círculo virtuoso”.

Los efectos de esta política permitirían disminuir los porcentajes e índices de pobreza “que tiene España y, concretamente Cataluña”, según Feijóo. “Uno de cada cuatro catalanes están en una situación de riesgo de pobreza… Tenemos pues que buscar riqueza y no expulsarla. Y tenemos que conseguir que las empresas se queden en Cataluña y que vuelvan las que se han ido”, prosiguió antes de señalar que el voto al PP permitirá “acreditar seguridad jurídica”.

También habló de la seguridad en las calles para dirigirse a aquellos “preocupados” por la criminalidad y la ‘okupación’ de viviendas. A ellos les pidió “que no confíen en el modelo del Partido Socialista ni de Colau”, sino en el del Partido Popular de Badalona. Y es que su alcalde, Xavier García Albiol, se ha convertido en la cara visible del proyecto del PP en esta área.

Y, por último, reclamó el voto a los catalanes inquietos por el deterioro de la educación y la sequía porque el PSC, Junts y ERC “es evidente que no son capaces de afrontar estas cuestiones”.

“Si quieren que las cosas cambien han de cambiar su voto”, advirtió Feijóo. “Estamos convencidos de que el Partido Popular de Cataluña es un giro de 180 grados a la política del ‘procés’ y a la política socialista, cuyo objetivo no es Cataluña sino los problemas personales y la debilidad política de Sánchez”, añadió.

Feijóo insistió en que los votos al PSC solo sirven para “apuntalar al Gobierno débil e inestable” del PSOE. Y erigió al PP como el único voto que posibilita “abandonar definitivamente” el ‘procés’.